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Los seguros de vida con tomador distinto de asegurado son una opción para aquellas personas que desean asegurar la vida de otra persona. A diferencia de los seguros de vida tradicionales, en los que el titular de la póliza es el mismo que la persona asegurada, en este caso, el tomador de la póliza es una persona distinta al asegurado. En este artículo, analizaremos más a fondo los seguros de vida con tomador distinto de asegurado y cómo funcionan.
En un seguro de vida con tomador distinto de asegurado, el tomador de la póliza es la persona que contrata el seguro y paga las primas, mientras que el asegurado es la persona cuya vida está siendo asegurada. Por lo tanto, el tomador de la póliza tiene un interés asegurable en la vida del asegurado, ya que recibiría la suma asegurada en caso de que el asegurado fallezca durante el plazo de la póliza.
Los seguros de vida con tomador distinto de asegurado pueden ser utilizados para una variedad de propósitos, como la protección de un cónyuge o pareja, la protección de un negocio o la planificación sucesoria. Por ejemplo, un empresario puede contratar un seguro de vida para su socio comercial, con el objetivo de asegurar la continuidad del negocio en caso de que uno de ellos fallezca. De esta manera, el tomador de la póliza estaría protegiendo su inversión y asegurándose de que el negocio pueda seguir funcionando.
Otro ejemplo de cómo se pueden utilizar los seguros de vida con tomador distinto de asegurado es en el caso de la planificación sucesoria. Un padre puede contratar un seguro de vida para su hijo, con el objetivo de proporcionar una herencia en caso de que fallezca. De esta manera, el tomador de la póliza estaría asegurando que su hijo reciba una suma asegurada en caso de que fallezca antes que él.
Los seguros de vida con tomador distinto de asegurado pueden ser contratados tanto por personas físicas como por empresas. En el caso de las empresas, pueden ser utilizados para proteger a los empleados clave o para asegurar la continuidad del negocio en caso de que uno de los propietarios o directivos fallezca.
Aunque los seguros de vida con tomador distinto de asegurado pueden ser una opción atractiva para algunas personas, es importante tener en cuenta que también tienen algunas limitaciones. En primer lugar, la persona que es asegurada debe estar de acuerdo con la contratación del seguro de vida. Si la persona asegurada no está de acuerdo, no se puede contratar el seguro de vida.
Además, en algunos casos, puede haber implicaciones fiscales para el tomador de la póliza y para el asegurado. Por ejemplo, en algunos países, la prima del seguro de vida puede estar sujeta a impuestos si el tomador de la póliza y el asegurado no tienen una relación económica justificable. Por lo tanto, es importante hablar con un asesor financiero o fiscal para entender las implicaciones fiscales de contratar un seguro de vida con tomador distinto de asegurado.
Al realizar la contratación de un seguro, son varios los elementos que debes tener en cuenta. Entre ellos, están las personas que se encuentran involucradas en todo el proceso, esencialmente, el primer personaje importante es el asegurador, quién representa a la compañía aseguradora y ofrece los servicios a los clientes de la misma, desde la asesoría sobre la pólizas, la adquisición de estas e incluso su cancelación.
Del mismo, en términos de seguro, también juegan un papel importante el tomador, el asegurado y el beneficiario. Si deseas conocer más sobre quiénes son y cuál es el rol que tienen con respecto a la póliza de un seguro, continúa leyendo, aquí encontrarás todas las respuestas.
En términos sencillos, un tomador de seguro es la persona que contrata la póliza, decide cuál es la cobertura a emplear, modalidades de pago, quién es el asegurado y el beneficiario. El tomador firma el contrato y se compromete a realizar el pago de las primas establecidas.
Por otro lado, el asegurado es quien se encuentra expuesto a los riesgos y requiere de la protección que brinda la póliza, por lo que la adquisición del seguro y cobertura, lo tienen como objetivo principal a cubrir. Asimismo, la otra persona que interviene es el beneficiario, quién en pocas palabras, es la persona, institución o empresa que recibe la indemnización o los beneficios económicos como resultado del fallecimiento del asegurado.
Cómo ya se puede ir apreciando, el tomador, asegurado y beneficiario son roles distintos en la contratación de un seguro. No obstante, puede que el tomador y el asegurado sean la misma persona.
De hecho, es común que eso pase, ya que un gran número de personas adquieren un contrato para darse cobertura a sí mismos y se encargan de pagar cada una de las primas. En ese tipo de casos, el beneficiario es un familiar o persona seleccionada al momento de firmar el contrato.
Sin embargo, también puede ocurrir que el tomador y el asegurado no sean la misma persona, eso es igualmente común para las compañías de seguro. Específicamente, ocurre cuando alguien (el tomador) decide contratar la póliza para dar cobertura a alguien más, una persona cuyos intereses o bienes se encuentran expuestos a riesgos (asegurado).
La gran diferencia entre ambas situaciones, es que en la primera, cuando tomador y asegurado son el mismo, éste escoge una cobertura adaptada a sus necesidades, así como posibilidades de pago, mientras que cuando no son la misma persona, el seguro se contrata con base a los intereses del tomador, quién obviamente debe tener en cuenta las necesidades particulares del asegurado.
Además, situaciones en las que asegurado y tomador no coinciden, puede presentarse en seguros de coche o de vida.
Generalmente, este tipo de contratos se da en relación a los seguros de vida. Sobre todo, cuando el tomador es una empresa que realiza una contratación de seguros colectiva para sus empleados, gerentes o CEO’s.
En esas situaciones, el tomador elige los límites de la cobertura, los datos del beneficiario, determina quién es el asegurado, modalidad de las primas y es quién tiene el derecho de llevar a cabo la anulación del contrato cuando lo considere pertinente.
Del mismo modo, puede suceder que un padre decida contratar un seguro de vida para asegurar a su hijo. En esos casos, el padre es el tomador, la persona que contrata los servicios de la aseguradora y decide todas las modalidades de la contratación, incluyendo quién será el beneficiario, por ejemplo, la esposa o la madre de su hijo, siendo este último el asegurado. En REALE, tiene la posibilidad de encontrar coberturas con una distinción o no entre el tomador y el asegurado